En este sentido, vale mencionar que el secretario de Políticas Públicas de Salud, Daniel Manoukian elevó un informe a la doctora Susana García, del Programa Nacional de Prevención y Control de Intoxicaciones del organismo nacional, tras el cual la funcionaria hizo varias consideraciones al respecto.
En tal sentido, el organismo nacional contestó que “los PCBs no tienen riesgo de toxicidad aguda, ya que se necesitan grandes dosis para producir algún efecto y estos solamente se han visto en casos de ingestas accidentales”.
Añade el informe firmado por la doctora García que “dado que no se volatilizan a temperatura ambiente, no existe riesgo de exposición por vía inhalatoria”.
“El contacto cutáneo prolongado (por semanas o meses) puede conducir a lesiones de piel de tipo ‘cloracné’ que se han observado en población laboralmente expuesta y en casos de contaminaciones ambientales severas. Ninguno de estos escenarios es comparable con el ocurrido en la escuela que no debería haber implicado un riesgo de intoxicación para la población infantil”, indica el informe nacional.
“Dado que no es esperable que haya efectos agudos sobre la salud, no hay signos o síntomas trazadores de enfermedad que puedan servir para la evaluación clínica de la población infantil potencialmente expuesta”, añade el informe.
El organismo nacional señala finalmente que “este ministerio concluye que se trata de una situación de bajo riesgo que sin embargo amerita que se adopten medidas tendientes a limpiar y eliminar el elemento (PCB) potencialmente en contacto con alumnos y docentes”.